By Jorge Francisco León Ayala
Para iniciar reconozcamos que no es posible concebir el liderazgo sin la innovación. En este sentido, es posible que encontremos a algunos dirigentes que se sientan satisfechos por los logros alcanzados al concluir un periodo, pero la verdad es que no importa cuánto éxito haya usted conquistado, siempre habrá oportunidad para alcanzar más.
Es innegable que el futuro se prevé hoy como aparentemente inestable:
- La economía de buena parte del mundo se ha visto irremediablemente impactada por la reciente pandemia que cambió no solo nuestros hábitos de vida y trabajo sino también nuestros hábitos de compra y consumo.
- El mercadeo que venía teniendo un desarrollo armónico y predecible, se torna rápidamente cambiante y con protagonistas como la logística y la comunicación que antes eran “el patito feo” de la comercialización y hoy son piezas claves en el panorama empresarial.
- El panorama político ha destapado una verdad que se mantenía oculta: la interdependencia entre países que devela la influencia de horizontes geográficamente lejanos en el aprovisionamiento de industrias claves como la alimentaria o la construcción.
- Los procesos productivos se ven abocados a establecer procedimientos que ahorren recursos, algunos de ellos cada vez más escasos y necesarios.
Todo lo anterior exige hoy la presencia de una clase dirigente y productiva con mayor preparación y un enfoque de alto dinamismo en materias que se han convertidos en exigencias capitales:
-El liderazgo no puede seguir divorciado de la innovación. Tanto dirigentes como dirigidos deben dedicar tiempo y esfuerzos serios a investigar y cuestionar el estado de sus mercados.
Está probado que una empresa en la que todos sus funcionarios trabajan con información y criterios abiertos y uniformes rinde mucho más y que las organizaciones tradicionales cada vez más se verán en aprietos pues el “gran Jefe” no alcanza a asimilar todos los cambios de su medio ambiente. La variabilidad exige apertura y trabajo en equipo.
– Las competencias blandas, ayer complementarias se vuelven fundamentales y exigencias para la supervivencia empresarial: la productividad, la agilidad, la novedad y sobre todo el servicio de calidad.
Ante un panorama como este, es necesario que nuestras empresas se apresten a generar una dinámica de trabajo diferente en donde se dediquen tiempos y esfuerzos a re-enfocarse en la conquista de la satisfacción de sus clientes asegurando su lealtad y la penetración armoniosa al mercado logrando mayor participación y mejores beneficios.
No comiencen este año sin tener un encuentro en donde líderes y colaboradores analicen el estado actual de su organización. cuestionen su entorno y re-definan un inteligente plan de acción común para el año que se inicia.
Artículo escrito por: Jorge Francisco León Ayala
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