Mucho se ha hablado de los mapas mentales, pero lo cierto es que el tema es más profundo de lo que creemos.
Hablemos de los reales mapas mentales, esos que hacemos cuando una información llega a nuestro cerebro.
Piensen en una información de algo general , por ejemplo una catástrofe o una elección política. Analicen las respuestas en ocasiones tan distantes entre dos personas aparentemente similares.
Esto pasa porque la respuesta a la situación se genera de acuerdo al mapa mental que cada persona crea internamente.
Esta pre-concepción es dada básicamente por lo siguiente
- 1- Por la información que se recibe a través de los sentidos
- 2- Por la historia personal de cada uno., las creencias preconcebidas a lo largo de su vida, por herencia, por vivencias, por traumas.
Al mezclar esos dos escenarios, generamos una respuesta que usualmente es muy nuestra, y que en ocasiones si es similar a un grupo de personas, pero totalmente ajena a otras.
Si no tenemos claro el origen de estos mapas mentales y las respuestas que se originan con cada uno de ellos, seguramente van a surgir los conflictos al querer imponer al otro nuestro propio mapa mental.
Así que el mejor camino en este caso es ser empático y entender que la otra persona no puede tener el mismo mapa mental que yo tengo para una situación determinada.
Un mapa mental preconcebido, nos puede ayudar o no a alcanzar objetivos. Pensemos en que nuestro mapa mental tiene buena información, pero al mezclarla con programas preconcebidos como estar a la defensiva, no tomar decisiones, presuponer; seguramente hará que la respuesta que demos no sea la mejor.
La buena noticia es que podemos mejorar esa programación preconcebida a lo largo de nuestras vidas y crear escenarios que realmente ayuden a generar resultados positivos.
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