Gran parte del café de Colombia de la mejor calidad, jamás llegará a las estanterías colombianas.
Esto en parte se debe a una larga tradición productora- exportadora- no consumidora, que entre otras cosas ha logrado que en nuestro país no tengamos una “cultura del consumo del café” toda una ironía si consideramos que Colombia es uno de los productores de café más importantes del globo.
Pero, ¿acaso nos perdemos de algo?, ¿qué significado tiene que no tengamos una “cultura” del consumo de café?
Para contestar esta pregunta es importante resaltar que el café tiene muchos significados a lo largo del mundo: tradición, hábito, deleite, pasión, etc. Entonces la pregunta debe resolverse desde alguna de estas perspectivas.
Para este artículo lo abordaré desde las perspectivas de la pasión y el deleite: el café es una pasión y su consumo es un deleite, tanto como el vino o incluso más.
Desde la pasión
Cada grano del café colombiano ha sido seleccionado en su punto óptimo de maduración, despulpado y fermentado, luego secado (ojalá de manera natural y a la sombra para proteger todos sus atributos), luego trillado y seleccionado, tostado por tamaños con una curva de calor específica definida por el propósito dentro de la mezcla de granos, el tipo y tamaño del grano de café, para por fin dejarlo en reposo antes de poderse consumir; una senda de excelencia.
Desde el deleite
Las posibilidades son virtualmente infinitas. Varietales, métodos de beneficio, curvas de tostión y mezclas de granos, generan así mismo tasas diferenciadas que son apreciadas en cada detalle; un arte.
Nuestro país tiene algunos de los tipos de café más apetecidos del mercado a nivel mundial, la variedad de climas y ecosistemas en donde el café es producido hace que la gama de posibilidades sea muy generosa para los amantes del café; sin embargo, el mundo de los cafés especiales es aún un espectro reducido dentro del universo de producción comercial y la “cultura” del consumo es aún incipiente.
En las grandes ciudades, durante los últimos 5 años, es cada vez más común encontrar sitios especializados en ofrecer a sus clientes una oferta de café de la más alta calidad; lo que contrasta con un público popular el cual aún poco entiende de las excentricidades de los métodos y los tipos de grano, lo que conlleva un gran esfuerzo de educación y comunicación que poco a poco va creando un nuevo tejido de consumidores que aprecian de una forma u otra la caficultura de especialidad.
Para nosotros los colombianos debería ser más que un orgullo ser herederos de la tradición del Café de Colombia, considerado uno de los mejores cafés suaves del mundo; debería ser también un deber ciudadano convertirnos en embajadores de la cultura cafetera, lo que implica el gran esfuerzo de conocer y el gran deleite de apreciar el trabajo que día tras día se realiza en nuestros campos montañosos a lo largo de esta nación que consideramos nuestro hogar, por eso en Naser , el café personalizado hace parte primordial de nuestros regalos empresariales
Su barista, Carlos Andrés Martínez