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LAS CAMPAÑAS POLITICAS

LAS CAMPAÑAS POLITICAS

Por NARANJA

 

 

Ayer Domingo 9 de marzo, con el mejor clima de los recientes días –pues el invierno ha estado crudo en Bogotá-, se celebró la fiesta de la democracia y los colombianos elegimos los que, por el próximo período, serán nuestros Senadores y Representantes a la Cámara.

Bendito Dios que ya se terminó lo que, a mi parecer, fue una de las peores campañas políticas de los últimos tiempos en nuestro país del Sagrado Corazón y, espero que con diligencia y cumplimiento de las normas, los múltiples candidatos desmonten sus horribles y poco profesionales afiches, vallas y demás anuncios de campaña.

Estoy seguro de que, en las oficinas de la mayoría de los candidatos, recurrieron a su propio “talento” para diseñar las piezas de sus campañas, pues, es poco probable que publicistas profesionales o agencias de publicidad hayan producido tantos desaciertos estratégicos y de comunicación.

Algunos decidieron recurrir a sus “motes” (apodos), para ser fácilmente identificados, y me resisto a imaginar cómo sonará en plena sesión de Senado o Cámara, cuando, por ejemplo, se le de la palabra al Honorable Senador o Representante “Chiripas”.

Otros, consideraron que, por falta de recursos, tenían que hacer cosas extraordinarias para destacarse y, sencillamente, se desnudaron para aparecer en sus afiches como símbolo de transparencia. Esta sexy-opción, resultó definitivamente bochornosa.

Al pobre Pacheco, nuestro recién desaparecido presentador de televisión, lo emplearon para impulsar a un candidato costeño “muy agradecido” con el presentador, pero que, al parecer, no tiene edad para haber disfrutado de las maravillas televisivas de Pacheco (o al menos debía estar muy pequeño para recordarlo).

Otro optó por tildarnos a todos de “animales” y redactó un poderoso titular que reza: YO MARCO POR LOS ANIMALES, cerrando con el slogan del Partido liberal: “Para que vivas mejor”…, sin palabras.

Esto, sin contar con los múltiples y aburridos mensajes de diferentes candidatos –de todas las tallas-, que tomaron como banderita la pobre y damnificada vocal U, el apellido URIBE, las imitaciones serias y en broma de la voz del expresidente, que si soy, que no soy…

Finalmente –sólo porque no puedo extenderme más en esta columna, pues material para continuar hay de sobra-, no entiendo cómo un par de candidatos “afro”, pretenden cerrar la brecha de la discriminación y el racismo, cuando en sus propagandas colocan un gigantesco titular que dice: “SOMOS DIFERENTES”… al fin qué?

Creo que todo esto también es consecuencia de la mala fama y acogida que los candidatos políticos tienen como “clientes” entre las agencias de publicidad, ya que son muchísimas las que, en el pasado, han perdido mucho tiempo y dinero, haciendo campañas cuyos candidatos no pagan jamás, independientemente de si ganaron o perdieron. Mejor dicho, para utilizar una palabra bien politiquera y de moda por estos días, esto es consecuencia de que las agencias se cansaron de salir “quemadas”.

 

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